BIBLIOTECA DE LA
ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA

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Contrapuntos : ensayos escogidos sobre autoritarismo y democratización / Guillermo O'Donnell.

Por: Colaborador(es): Tipo de material: TextoTextoSeries Latinoamericana ; 1Detalles de publicación: Buenos Aires : Paidós, 1997.Edición: 1a edDescripción: 360 p. ; 24 cmISBN:
  • 9789501289015
  • 950128901X
Tema(s): Clasificación CDD:
  • 321.09098
Contenidos:
pte. 1: Desventuras -- I. Estado y alianzas en la Argentina, 1956-1976 -- II. Tensiones en el estado burocrático-autoritario y la cuestión de la democracia -- III. Las fuerzas armadas y el estado autoritario del Cono Sur de América latina -- pte. 2: Despotismos -- IV. Democracia en la Argentina. Micro y macro -- V. Sobre las fructíferas convergencias de las obras de Hirschman, “Salida, voz y lealtad” y “Compromisos cambiantes”: reflexiones a partir de la experiencia argentina reciente -- VI. ¿Y a mí, qué mierda me importa? Notas sobre sociabilidad y política en la Argentina y Brasil -- pte. 3: Transiciones -- VII. Notas para el estudio de procesos de democratización política a partir del estado burocrático-autoritario -- VIII. Transiciones, continuidades y algunas paradojas -- pte. 4: Perspectivas -- IX. Acerca del estado, la democratización y algunos problemas conceptuales. Una perspectiva latinoamericana con referencia a países poscomunistas -- X. ¿Democracia delegativa? -- XI. Otra institucionalización -- XII. Pobreza y desigualdad en América latina: algunas reflexiones políticas.
Resumen: Cuando, desde el fondo de la dominación autoritaria, pensábamos, en la Argentina y otros países, la democracia, la queríamos para quedarse, no como durante los agitados interludios durante los cuales la democracia se había asomado incompleta y precariamente. Ella, por lo tanto, debería ser firme y fuerte, es decir algo consolidado que nuestros hijos pudieran heredar y perfeccionar. Por otro lado, como nuestros países la tuvieron poco o nada, la teoría de la democracia era, y en gran medida sigue siendo, una teoría que refleja la historia y las condiciones sociales de los países donde ha logrado más sólidas raíces, básicamente los países de capitalismo avanzado del cuadrante Noroeste del mundo. Por eso, muchas de las luchas antiautoriatarias, en el sur y en el Este, fueron alimentadas por la ilusión de que, una vez que dasaparecieran los grandes déspotas, se lograría democracias que no tardarían en parecerse a las del Noroeste. Esta inocente creencia fue de suma utilidad para dinamizar aquellas luchas, pero fue de más tarde también origen del desencanto que se apoderó de muchos cuando, después de la caída de esos autoritarismos, una serie de melancólicas realidades se hizo evidente: crisis económicas y su tratamiento tecnocrático y socialmente insensible; el debilitamiento de actores que fueron históricamente los grandes soportes sociales de los avances democráticos; el paralelo debilitamiento, si no la destrucción, de buena parte del aparato estatal al ritmo de aquellas crisis y de la ofensiva neoconservadora; la acentuación de grandes desigualdades y, junto con ellas, de relaciones sociales con marcado acento autoritario, y por cierto, el amargo descubrimiento de que buena parte de los líderes políticos que la democracia trajo consigo seguía teniendo, como antes, grave dificultad en distinguir el bien público de sus intereses privados. (Descripción del prefacio del autor.)
Existencias
Tipo de ítem Biblioteca actual Signatura Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Monografías Monografías Biblioteca Central, Academia Nacional de la Historia, Argentina C 26-05-23 (Navegar estantería(Abre debajo)) Disponible 46775

Textos publicados por el autor: p. [355]-360.

Traducción de los capítulos 5,10 y 11: Sebastián Mazzuca; capítulos 9 y 12: Leandro Wolfson.

Incluye referencias bibliográficas a pie de página.

pte. 1: Desventuras -- I. Estado y alianzas en la Argentina, 1956-1976 -- II. Tensiones en el estado burocrático-autoritario y la cuestión de la democracia -- III. Las fuerzas armadas y el estado autoritario del Cono Sur de América latina -- pte. 2: Despotismos -- IV. Democracia en la Argentina. Micro y macro -- V. Sobre las fructíferas convergencias de las obras de Hirschman, “Salida, voz y lealtad” y “Compromisos cambiantes”: reflexiones a partir de la experiencia argentina reciente -- VI. ¿Y a mí, qué mierda me importa? Notas sobre sociabilidad y política en la Argentina y Brasil -- pte. 3: Transiciones -- VII. Notas para el estudio de procesos de democratización política a partir del estado burocrático-autoritario -- VIII. Transiciones, continuidades y algunas paradojas -- pte. 4: Perspectivas -- IX. Acerca del estado, la democratización y algunos problemas conceptuales. Una perspectiva latinoamericana con referencia a países poscomunistas -- X. ¿Democracia delegativa? -- XI. Otra institucionalización -- XII. Pobreza y desigualdad en América latina: algunas reflexiones políticas.

Cuando, desde el fondo de la dominación autoritaria, pensábamos, en la Argentina y otros países, la democracia, la queríamos para quedarse, no como durante los agitados interludios durante los cuales la democracia se había asomado incompleta y precariamente. Ella, por lo tanto, debería ser firme y fuerte, es decir algo consolidado que nuestros hijos pudieran heredar y perfeccionar. Por otro lado, como nuestros países la tuvieron poco o nada, la teoría de la democracia era, y en gran medida sigue siendo, una teoría que refleja la historia y las condiciones sociales de los países donde ha logrado más sólidas raíces, básicamente los países de capitalismo avanzado del cuadrante Noroeste del mundo. Por eso, muchas de las luchas antiautoriatarias, en el sur y en el Este, fueron alimentadas por la ilusión de que, una vez que dasaparecieran los grandes déspotas, se lograría democracias que no tardarían en parecerse a las del Noroeste. Esta inocente creencia fue de suma utilidad para dinamizar aquellas luchas, pero fue de más tarde también origen del desencanto que se apoderó de muchos cuando, después de la caída de esos autoritarismos, una serie de melancólicas realidades se hizo evidente: crisis económicas y su tratamiento tecnocrático y socialmente insensible; el debilitamiento de actores que fueron históricamente los grandes soportes sociales de los avances democráticos; el paralelo debilitamiento, si no la destrucción, de buena parte del aparato estatal al ritmo de aquellas crisis y de la ofensiva neoconservadora; la acentuación de grandes desigualdades y, junto con ellas, de relaciones sociales con marcado acento autoritario, y por cierto, el amargo descubrimiento de que buena parte de los líderes políticos que la democracia trajo consigo seguía teniendo, como antes, grave dificultad en distinguir el bien público de sus intereses privados. (Descripción del prefacio del autor.)

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